Nadie pudo explicar nunca semejante suceso, no era nada
normal que un bebe diera sus primeros pasos hacia atrás, pero es que Sara no
era una chica corriente.
En su corta memoria de solo seis años no estaba aquel
recuerdo, pero ella sabía que le llevaba a hacerlo.
De espaldas podía ver como la espuma que dejaba las olas al
romper en la orilla, borraba las huellas de sus pies al volver al mar y aquello la fascinaba.
Hoy el agua que llenaba sus huellas antes de borrarlas
presentaba un colorido especial, un arcoíris de luz hechizante, hipnótico.
Y sin darse cuenta ando muchísimo, más de lo que hacía
siempre, tanto que al levantar la vista comprobó con sorpresa que la playa
estaba desierta.
No entendía que estaba ocurriendo, pero en su ingenuidad
decidió darse la vuelta y volver de espaldas hacia el lugar de donde partió.
Sin duda aquello haría volver todo a la normalidad
.
Cerró los ojos, giro sobre sí misma y dio cuatro pasos
hacia atrás antes de decidirse a abrirlos.
Lo que contemplo la dejo atónita. Frente a ella, como por
arte de magia, estaba una niña con su misma cara, su mismo pelo y su misma
cara de asombro…
Se pellizco la cara para asegurarse de que no era un sueño,
pero aquella gemela inesperada no desapareció.
Volvieron sobre sus pasos, ambas, hasta encontrarse tan
cerca una de otra que podían tocarse.
- ¿Quién eres?- pregunto.
- Yo soy Sara, ¿y tú?
- No puede ser, no eres real, tal vez el sol me ha
dado demasiado tiempo en la cabeza.
- Perdona, pero creo que eres tú la que no existe,
debes ser una alucinación.
La fantasía la había acompañado siempre, pero aquello
superaba todo lo que había vivido hasta este momento.
- ¿Qué haces aquí?, ¿por que eres como yo?
- ¿Yo?, pero si solo quería ver mis huellas
borradas, y de repente me encontré sola.
- ¿Sola?, ¿y te giraste con los ojos cerrados
esperando que todos volvieran?
- Claro, y entonces apareciste tú, bueno yo… ¿Qué está ocurriendo?
¡SARA,
VUELVE, POR FAVOR!, ¡NO TE VAYAS! ...
- ¿Lo oyes?, son mis padres quienes gritan.
- Te equivocas, es a mi a quien
buscan. Dame la mano y te lo demostrare.
Por un momento dudo, le tendió la mano, pero algo le dijo en el ultimo momento que no era buena idea.
- Sabes, no me fío de ti.
Por un momento dudo, le tendió la mano, pero algo le dijo en el ultimo momento que no era buena idea.
- Sabes, no me fío de ti.
Sara se volvió y echo a correr, pero de repente, la que
parecía ser su gemela, la alcanzo tirándole del pelo y arrastrándola hacia el mar.
Era tan fuerte que no podía impedirlo, y cuando quiso darse
cuenta su cabeza estaba sumergida y su boca se llenaba de agua salada.
¡SARA,
DIOS MIO, SARA!...
A través de la espuma contemplo como ya no existía la chica,
por el contrario era una espantosa medusa quien la ahogaba sujetándola con sus
tentáculos.
¡MI HIJA,
POR FAVOR!...
Pero sus padres la llamaban, y no iba a dejarle ganar.
En un último esfuerzo, levantó la cabeza y llenó sus pulmones de aire.
El monstruo desapareció, y al volver la cabeza pudo ver a su madre sonreír, a su lado, arrodillada
entre la espuma que batía con fuerza aquellas rocas que nunca antes encontró en
sus paseos, en sus extraños paseos.
Hola Antonio. Soy Juan Maíllo. Por casualidad ví hoy tu blog. Me ha encantado tu relato. Muy original.Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juan.
EliminarSaludos.